Protege la cabeza del impacto: el diseño del casco puede absorber la fuerza del impacto y reducir el daño a la cabeza en caso de un impacto.
Reducir las lesiones cerebrales traumáticas: en accidentes, los cascos pueden evitar el impacto directo en la cabeza, reduciendo el riesgo de fracturas de cráneo y conmociones cerebrales.
Prevención de rasguños y pinchazos: la carcasa del casco puede evitar que penetren objetos afilados, protegiendo la cabeza de rasguños y pinchazos.
Mejorar la visibilidad: algunos cascos están equipados con materiales reflectantes o dispositivos de iluminación para mejorar la visibilidad de los ciclistas en entornos con poca luz.
Cumplimiento de leyes y regulaciones: muchos países y regiones exigen que los motociclistas y ciclistas usen casco mientras conducen.
Mejorar la conciencia sobre la seguridad: el uso de cascos puede recordar a los conductores que deben permanecer atentos y aumentar su conciencia sobre la seguridad.
Comodidad y conveniencia: Los diseños de cascos modernos tienen en cuenta la comodidad y la conveniencia, y están equipados con orificios de ventilación, diademas ajustables y parasoles incorporados.
Prevención de lesiones secundarias: al caer, los cascos pueden evitar el contacto directo entre la cabeza y el suelo u otros objetos duros, lo que reduce el riesgo de lesiones secundarias.
Seguridad psicológica: el uso de cascos puede proporcionar a los ciclistas una sensación de seguridad psicológica, haciéndolos más seguros en sus actividades ciclistas.
Economía: En comparación con los gastos médicos que pueden derivarse de lesiones en la cabeza, los cascos son una medida preventiva relativamente económica.
Por lo tanto, ya sea por seguridad personal, cumplimiento de la ley o para mejorar la experiencia de conducción, usar un casco es una buena elección.