Prueba de tamaño: Un ajuste perfecto al casco es seguro
La talla adecuada es fundamental para que un casco ofrezca una protección óptima. Solo un ajuste perfecto a la cabeza puede brindar protección en momentos críticos.
En primer lugar, es necesario medir con precisión la circunferencia de la cabeza. Use una cinta métrica flexible para medir el contorno de la parte más ancha de la cabeza (generalmente un círculo sobre las cejas y las orejas). Durante la medición, la cinta debe mantenerse horizontal y en contacto directo con la cabeza, pero sin apretarla demasiado. Generalmente, la circunferencia de la cabeza de los adultos oscila entre 54 y 62 centímetros, y las diferentes marcas y modelos de cascos tienen sus respectivas tablas de tallas. Elija la talla adecuada según la circunferencia de la cabeza medida y compárela con la tabla de tallas.
También hay reglas para probarse cascos. Póngase el casco horizontalmente sobre la cabeza, asegurándose de que el borde del casco esté aproximadamente 1 centímetro por encima de las cejas, sin inclinarse hacia adelante ni hacia atrás. La inclinación hacia adelante puede hacer que el casco no proteja eficazmente la frente, mientras que la inclinación hacia atrás puede bloquear la línea de visión y no proteger la seguridad de la posición trasera de la cabeza. Ajuste las correas del casco, ábralas y apriételas lentamente hasta que estén cómodas. Las correas deben ubicarse debajo de las orejas y sujetarse firmemente a la parte inferior de la barbilla, dejando un espacio de un dedo. En este punto, sacuda suavemente la cabeza hacia adelante, hacia atrás, hacia la izquierda y hacia la derecha para verificar si el casco está estable. En circunstancias normales, el casco no debe tener ninguna vibración o desplazamiento significativo. Si el casco se sacude, se desliza o ejerce presión sobre la cabeza durante el proceso de prueba de uso, indica que la talla no es adecuada y debe volver a seleccionarse.